viernes, 30 de noviembre de 2018

Carlos Alcántara se va, y con él, parte de nuestra historia // Varo Noticias


Nunca, nunca jamás pensé en que acabaría llorando a moco tendido con un final de temporada de una serie. Pero, supongo y anticipaba, aunque entre negaciones, que sería inevitable contener las lágrimas ante un hito en la historia de España. Y así ha sido, un constante de lágrimas en mis ojos durante todo el final de temporada de 'Cuéntame cómo pasó'.


Si bien todo el país quedó conmocionado hace ya meses con la noticia que revolucionó el mundo de la televisión, Ricardo Gómez abandonando la serie que le ha visto crecer, no estábamos preparados para este final. Es cierto, respetable y completamente entendible, que cuando llevas diecisiete años al mando de una de las producciones más longevas de la historia mundial, cuando todo un país te ha visto pasar de niño a hombre, necesitas despegarte de eso, y volar. Y bien que hace volando, porque Ricardo Gómez, es, de lejos, el mejor actor de su generación, y no se ha cansado de demostrarlo.

Toda la temporada ha estado repleta de altibajos emocionales, de felicidad y de bajada al Infierno más absoluto, dejando rienda suelta a la genialidad de Ricardo para acabar su andadura como Carlos, que ya no Carlitos, Alcántara, de por vida, pero este último episodio ha sido la culminación más perfecta y bien labrada de todas. Durante todo el capítulo, el foco directo hacia su personaje, y el de su contraparte y compañera, Elena Rivera, ha sido un antes y un después en la manera de entender el séptimo arte.

El capítulo, siendo una triple retrospección, jugando con el tiempo y el espacio de una manera tan especial que sólo 'Cuéntame' podría crearla, te deja una sensación de fatiga sentimental, de un apego hacia la pantalla fruto de la tensión, de un llanto continuo y de una sonrisa de satisfacción. Desde pequeños detalles analizando el barrio y toda la galería de secundarios de la serie, hasta ese duelo de titanes interpretativos de Elena Rivera y Ricardo Gómez en un espacio enano, y, por supuesto, esa forma de recrearse en las diecinueve temporadas de vida de la serie con un recurso sumamente simple y a la vez espectacular, que marca la mejor escena del capítulo, todo ello encaja a la perfección para dar una obra de arte audiovisual, que, por si no hubieses tenido suficiente llanto, culmina con, por una vez, un final feliz en esta serie.




En cuanto a lo personal, posiblemente me emocione más al llevar viéndome reflejado en Carlos durante toda mi vida, al ser iguales, él en la ficción y yo en la realidad, vernos como seres incomprendidos, protagonistas de nuestra propia historia desde un punto egoísta, llevando a cuestas peso inmerecido, extravagantes a la par que extraños, presos de nuestra propia ansiedad aún libres de pensamiento, al borde constante del colapso por méritos propios, queriendo huir, lejos, a ninguna parte, estando solos por culpa de la negación a encontrar eso que la gente conformista y acomodada llama felicidad. Porque tanto Carlos como yo somos todo eso, y mucho más, él en la ficción y yo en la realidad, inexplicable, efímero e inefable. Al final, el pequeño de los Alcántara y yo siempre estaremos anhelando algo que ni nosotros sabemos, siempre nos sentiremos un paso por delante de nuestros pensamientos aunque un paso por detrás de las miradas de quienes nos quieren.




Si me preguntasen por un personaje de ficción que me ha marcado, diría Carlos Alcántara, hoy y siempre, porque aunque me queda mucho camino por recorrer en comparación con él, sería, de existir en la realidad, la única persona que, aunque no por completo, me comprendería.

A Carlos le hemos visto estudiar, rebelarse, liderar, sufrir, y mucho. Le hemos visto en Bruselas, en Sagrillas, en San Genaro y hasta en la cárcel. Le hemos visto siendo inocente, niño, y en el Infierno adulto, estando ya crecido. Pero, sobre todo, le hemos visto perseguir su sueño, le hemos visto luchar, rendirse, levantarse y seguir. Por todo esto es un hito que la era de Carlos Alcántara termine aquí.
Creo que, antes de terminar, es digno de aplaudir el trabajo de Elena Rivera, que, como antes he dicho, demuestra ser, como siempre ha hecho, una bestia interpretativa al nivel de Ricardo, una persona también arriesgada y también luchadora, de la que, espero, nadie esté olvidando en sus reseñas, porque gracias a ella, la trama de Ricardo ha tenido sentido.
Y ahora, la pregunta del millón, ¿y ahora qué?
'Cuéntame' seguirá ahí, porque, como dice en este capítulo el bueno de Carlos, lo importante es contar 'cómo pasó', no 'lo que pasó'.




lunes, 13 de agosto de 2018

Disney y Fox... ¿Estamos monopolizando el cine? // Varo Noticias //

Ha ocurrido. La noticia que ha hecho tambalear el mundo del cine. Disney ha comprado Fox por una vigorosa cantidad de dinero. Podríamos hablar de lo que ocurrirá cuando se cierre por completo el contrato, cuando la fusión ya sea una realidad, podríamos debatir una serie de cuestiones que nos llevarían a la desesperación más absoluta, de la que la incertidumbre y las ansias de información son las principales culpables. Pero no. Hoy vengo a hacer algo más propio de mí, algo más propio de mi forma de comunicar. Y es formular una pregunta, aparentemente, muy simple: ¿estamos monopolizando el cine?

Cada viernes vemos en cartelera nuevos filmes, listos para su primer fin de semana en taquilla, listos para la recaudación, cada uno de un estudio, pendiente de la taquilla estadounidense y de la global. Ahora, pido que penséis en cuántos de estos estrenos son superproducciones, y, por tanto, en cuántos de estos son películas de bajo presupuesto. Esto, que conste, no es una crítica a los desmesurados presupuestos que tienen la películas de hoy en día, está claro que si los medios han avanzado ha sido exclusivamente gracias al dinero. A lo que me estoy refiriendo es que ya no hay, apenas, cintas de productoras pequeñas, todos los filmes, tanto nacionales como internacionales, que llegan a nosotros, llegan bajo el nombre de un gran estudio, dato del que el público genérico no se percata en absoluto, pero es un dato importante para entender el punto al que quiero llegar.

Desde hace siglos, la comunicación ha sido el poder más importante de la sociedad occidental, ya que quien mandaba no era el más fuerte, sino el mejor comunicador. Hoy en día, la comunicación llega al grueso de la población a duras penas por los canales convencionales, bien sea la prensa escrita de toda la vida, la radio o la televisión. A mucha gente le llega a través de plataformas digitales de información, pero, el método por el que a todo el mundo le llegan los mensajes es el cine. Porque sí, por mucho que queramos negarlo, el cine es una herramienta esencial para hacer que los mensajes, sean del tipo que sean, lleguen hasta nosotros. Cada estudio tiene unas ideas políticosociales claras, que se dejan ver en cada producción que estrenan, aunque no nos paremos a pensar en ellas.

 No es que, de por sí, hubiese muchos estudios estadounidenses que exporten contenido audiovisual al resto del mundo, pero con la guerra entre Disney y Comcast por Fox, y los amplios movimientos de ambas compañías por seguir haciéndose con otros estudios, me hacen pensar que, de aquí a unos años, los contenidos audiovisuales pertenecerán a un par de empresas, posiblemente dedicadas casi en exclusiva a ofrecer contenido en plataformas digitales, haciendo desaparecer el cine convencional y hundiendo así muchos negocios, aunque ese tema de para otro artículo, y el resto de empresas que hoy conocemos, dejarán de existir para formar parte de una simbiosis globalizada del mundo del cine, de la que ya estamos siendo testigos.

Con esto, podéis seguir manteniendo que, aunque cada estudio tenga sus ideas, y que aunque la mayoría de estudios vayan a ir poco a poco desapareciendo, no veremos siempre las mismas ideas en las películas de una misma empresa, ya que, al final, cada filme es de su autor, no de su productora. Y yo os daría la razón, de no ser por cosas como el reciente, y mundialmente sonado, despido de James Gunn (Guardianes de la Galaxia, Super). No pienso entrar en detalles sobre los motivos del despido, sino en las repercusiones del mismo, porque el cine de Gunn era lo poco que quedaba de cine de autor en Disney, lejos de los productos clónicos de la inmensa mayoría de las cintas de La casa del Ratón de los últimos años. Esto me deja con la sensación, sin haber visto nada de los planes de Disney con la gran cantidad de franquicias pertenecientes a Fox, de que ya no se va a apostar por dar rienda suelta a la creatividad de un director, sino a la utilización de fórmulas de las que ya han estudiado su óptimo funcionamiento.

Y si es cierto que, si le preguntas al público genérico, ya no es tan importante que una película sea de Tarantino o de Nolan, como que salga en ella Jennifer Lawrence o Chris Pratt, pero, aún así, ¿no está fallando algo en todo esto?

Dichos y explicados estos puntos, debo decir que, sí, podéis seguir haciendo bromas sobre que Disney es el Rey del Mundo, podéis también preocuparos sobre el futuro de Deadpool y su clasificación, pero, me parece importante preocuparse también por el ritmo que están cogiendo los filmes de hoy en día, por, si de verdad, el cine acabará siendo un monopolio de las grandes, o si el cine de autor saldrá algún día del tugurio en el que está metido, junto con el cine más indie, más underground en el que ha quedado sepultado últimamente.

miércoles, 6 de junio de 2018

Museo del Cómic de Benavente // Varo Noticias //

Es por todos bien sabido que en España tenemos una gran tradición por el noveno arte (desde el TBO, algo que a mí me pilla muy de lejos, pero que es historia de nuestro país, igualmente admirada por jóvenes y por mayores), y esto es algo que en Benavente (Zamora) se han tomado muy a pecho.


Y es que bajo el lema de 'Si tú puedes imaginarlo, entre todos podemos crearlo', se han propuesto edificar el primer museo dedicado al cómic en España, y el más grande de Europa, siguiendo los pasos de otros países con raíces en el cómic europeo, como puede ser Bélgica (con su impresionante museo en Bruselas).

Han abierto un crowdfunding para poder donar dinero a la causa, un espacio abierto dedicado a la fomentación del noveno arte, con una gran cantidad de recursos tecnológicos, para no ser, como ellos indican, un simple cubículo con información, sino algo mucho más lúdico e interactivo. . El museo estará no solo orientado a el pasado del cómic, también a la ayuda del futuro del tebeo.  Es algo increíble poder ser testigo de algo así, por lo que me encantaría que si os interesa, os pasáseis por la página web del proyecto para obtener más imformación, y, por qué no, donar en el crowdfunding.

Ya véis, este proyecto puede ser una realidad. Algo sumamente necesario para todo comiquero que se precie. ¿Ayudamos todos a conseguirlo?


Y tú y yo, nos leemos en las redes. Xao xao!!!